Numerosos estudios educativos destacan la importancia de las metodologías participativas para alcanzar con éxito los objetivos curriculares, mejorando las competencias del alumnado y mejorando la convivencia en el aula. Esta participación no sólo se debe dar entre el alumnado y el profesorado, sino que pasa por la implicación de las familias y el resto de la comunidad educativa. Así, en la literatura sobre escuelas eficaces se destaca el hecho de las mejores escuelas siempre cuentan con padres y madres que las apoyan y se encuentran integradas en sus barrios, lo cual sólo es posible con un esfuerzo por parte de toda la comunidad educativa. En el presente artículo destacamos algunas metodologías participativas que contribuyen al éxito educativo.
Como desarrollamos en el manual Itinerarios de participación en centros educativos que realizamos junto a la Asociación Madre Coraje, existen una serie de prácticas, llevadas a cabo por varios centros educativos, que ayudan a fomentar la participación y mejorar el conocimiento y aprendizaje del alumnado. Muchas de ellas están integradas en la conversión del centro en Comunidad de Aprendizaje, aunque para su realización no es indispensable este paso. En este primer artículo sobre metodologías participativas nos centraremos en aquellas estructuras que fomentan la participación de toda la comunidad educativa.
Asambleas de clase
El fomento de la participación no es posible sin una estructura que la facilite y la haga posible. No hablamos de espacios, sino de una metodología, de unas herramientas didácticas y participativas, que permitan a la comunidad educativa tomar parte de las decisiones que tome el centro. Lo más básico, en este sentido, es programar asambleas en nuestra aula con una periodicidad constante, a ser posible, semanal. Es importante recalcar este aspecto periódico porque en ocasiones caemos en el error de utilizar el recurso de la asamblea como solución a un conflicto, ignorando su función preventiva para evitar que este conflicto exista, por lo que su realización debe estar regulada dentro del horario lectivo, ya sea ocupando el espacio que se destina a tutorías o con un espacio propio. Además de esta función de mejora del clima de convivencia, la asamblea sirve para tratar temas de interés del alumnado y fomenta su responsabilidad y toma de decisiones, fortaleciendo competencias tan importantes como la expresión oral, el respeto al turno de palabra, el compañerismo o el pensamiento crítico. Podemos dejar que sea un alumno/a el que ejerza de moderador/a, aumentando la participación e independencia de los estudiantes. La asamblea culmina con una votación o acuerdo que suscriba toda la clase y que puede ser colocado en un lugar visible del aula. Si tienes dudas de cómo realizar una de estas asambleas puedes consultar este manual.
Asambleas de centro
Una vez vista la importancia de las asambleas como herramienta de participación dentro de la dinámica de una clase, podemos dar un paso más y realizar asambleas periódicas en la que participen todos los cursos lectivos, o asambleas que impliquen a toda la comunidad educativa, incluyendo a padres, madres y profesorado. Como es obvio, su organización es más compleja, no sólo por el número de participantes (que se pueden ver drásticamente reducidos si acordamos que sean sólo los representantes de cada grupo los que participen) sino también porque necesita una mayor implicación del centro, por ejemplo, en la búsqueda de un espacio y un horario que permita la participación de todos/as. Sin embargo, el esfuerzo merece la pena porque multiplica las ventajas que hemos visto de las asambleas semanales, además de permitir una toma de decisiones que afecte a todo el centro. Otra fórmula es realizar una convivencia anual familiar, que permita una mayor interacción entre las familias y con el centro, aprovechando la presencia de todos para realizar asambleas y votaciones. El hecho de combinar esta participación con un recurso lúdico nos ayuda a que sean más las familias que acudan a ella.
El sueño
El sueño es una de las primeras fases en el proceso de transformación de un centro en una Comunidad de Aprendizaje. Se basa en convocar a toda la comunidad educativa para que sueñe con qué centro educativo desean, de manera que todo el mundo dé rienda suelta a su imaginación, a sus aspiraciones y comience el proceso de transformación del centro. Es fundamental que todo el mundo participe y tenga la oportunidad de compartir su sueño y que opinen conjuntamente y por igual familiares, alumnado, profesorado, profesionales no docentes del centro educativo, voluntariado, asociaciones del barrio, vecinos y vecinas, etc., siempre con el objetivo de mejorar la educación y aprendizaje en el centro. El sueño permite conocer lo que quiere la comunidad educativa para el centro, permitiendo avanzar hacia un objetivo compartido por todos/as. Al crear este espacio de diálogo se fomenta la participación y la implicación de toda la comunidad educativa en la transformación y mejora del centro. Más información en este enlace.
Comisiones mixtas de trabajo
Las comisiones mixtas están formadas por miembros de toda la comunidad educativa (profesorado, alumnado, familias, voluntariado, etc.) y se encargan de realizar, coordinar, supervisar y evaluar de manera constante algún aspecto o actividad concreta que se plantee para mejorar el centro. Aprobadas por el Consejo Escolar, estas comisiones están coordinadas por una comisión gestora, integrada por representantes de la dirección y de cada una de las comisiones mixtas y cuya función es coordinar y realizar el seguimiento de cada una de estas comisiones. Las comisiones mixtas representan la cohesión de la comunidad educativa y el trabajo en común de todos/as para mejorar el centro. Su utilidad responde a las necesidades y prioridades del centro, que han de ser recogidas y consensuadas en asambleas. Son, por tanto, un paso más allá en las asambleas y metodologías participativas y una herramienta vital para la consecución de los objetivos de estas. Algunos ejemplos de comisiones que puede haber en un centro: Comisión de voluntariado, Comisión de valores, Comisión de coeducación, Comisión de infraestructuras, Comisión de convivencia, Comisión de Semana Cultural, Comisión de comunicación, Comisión de relación con el entorno, Comisión de biblioteca, Comisión bilingüe, etc. Más información aquí.
Grupos interactivos
Los grupos interactivos se caracterizan por ser una forma de organización y trabajo en el aula en la que el alumnado se agrupa de forma heterogénea en pequeños grupos y trabajan en actividades asesorados por un adulto (familiares, vecinos/as, otros profesores/as, etc.) que apoya la labor del profesorado. Los grupos están formados por 4 ó 5 alumnos/as y trabajan 3 ó 4 actividades distintas con una duración aproximada de 20 minutos. Cuando se termina una actividad, el grupo de alumnos/as rota a la siguiente mientras que el adulto trabaja la misma actividad con otro grupo. Trabajar en Grupos interactivos en cualquier nivel está avalado por los buenos resultados que se obtienen, tanto a nivel académico, como de mejora de la convivencia y entusiasmo por el aprendizaje. El alumnado fija mejor los conocimientos y fomenta sus competencias al tener que poner en práctica sus habilidades lingüísticas y los conocimientos necesarios para desarrollar las actividades. Además, para el alumnado con dificultades de aprendizaje, trabajar en grupos interactivos con la mediación o apoyo de una persona “experta” facilita su aprendizaje e integración. En este enlace encontrarás más información sobre cómo aplicarlos en tu aula.
Aprendizaje por Servicio
El Aprendizaje-Servicio (ApS, en adelante) es una metodología que integra el aprendizaje de contenidos, habilidades y valores y el servicio a la comunidad. Así, el ApS es un proyecto educativo con utilidad social. Combina, por tanto, aprendizaje y servicio a la comunidad en un mismo proyecto bien articulado. En el ApS, los participantes se forman al trabajar sobre las necesidades reales del entorno con intención de mejorarlo. De esta forma, el aprendizaje mejora el servicio a la comunidad, que gana en calidad de vida y en equidad, y el servicio da sentido al aprendizaje, al permitir que se transfiera a la realidad en forma de acción. Existen numerosas experiencias de éxito de centros educativos que realizan proyectos de Aprendizaje-Servicio y de ciudades en las que sus Ayuntamientos lo han promovido, por lo que te animamos a seguir informándote sobre ellos en la web de la Red Española de ApS.
Uso de medios de comunicación
En una sociedad tan comunicada y conectada a la red como la actual, casi empieza a ser una obligación para los centros contar con web y perfiles en redes sociales que permitan una comunicación bidireccional, es decir, que sirvan tanto para mantener informada a la comunidad educativa a través de un canal cómodo y accesible a la mayoría, como para poder recoger las interacciones que realice ésta. Pero, además de los medios digitales, existen otros medios de comunicación e información tradicionales, como pueden ser un periódico o una radio escolar, que permiten tener un canal de expresión propio en el centro que fomente, no sólo la información, sino también la participación del alumnado. Se trata de que los estudiantes participen de esa información de forma activa, convirtiéndose en los verdaderos protagonistas al tener la posibilidad de elaborar su propio contenido. El uso de estos medios de comunicación, además de responder a unas necesidades sociales de información y participación, son también una herramienta didáctica muy interesante desde el punto del desarrollo de competencias básicas como la competencia lingüística, la competencia cultural y artística o la competencia social y ciudadana, fomentando en el alumnado unas aptitudes y capacidades necesarias para su desarrollo personal y profesional. Un ejemplo del uso de este tipo de medios es Radio Abierta Sevilla, la emisora escolar y comunitaria del CEIP Andalucía y Polígono Sur de Sevilla.
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