Una vez más, tras el último informe PISA, la Educación en España está de actualidad … por los malos resultados obtenidos por el alumnado de nuestro país.
Si anteriores informes indicaban que en la capacidad de comprender lo que se lee o las matemáticas, y mejor no hablamos del inglés, estábamos muy por debajo de otros países europeos, ahora se refieren a las habilidades prácticas de los jóvenes españolas a la hora de comprar un billete o de utilizar el mando del aire acondicionado.
Como ha sucedido en otras ocasiones, aprovechando esta noticia negativa se vuelve al debate, a la polémica sobre la educación en España y en Andalucía. Lo malo que es el sistema educativo, lo quemados que están los profesores, la cantidad de deberes que tienen para casa los alumnos, etc. Todos estos argumentos se leen por todos sitios pero, ¿son verdad?
En nuestra experiencia en IMAGINA, Educación y Ocio, S.L., tratamos con numerosos profesores de muy distintos colegios, de colegios públicos de barrios humildes a colegios privados que algunos llaman falsamente «de pijos». Profesionales regulares o malos hay en todas las profesiones pero nosotros, en el día a día, vemos a profesores y profesoras muy implicados, que echan muchas horas en sus casas corrigiendo, preparándose sus clases … o rellenando los papeles y papeles que desde la administración les hacen cumplimentar en pos de una mejor calidad.
¿No será problema del sistema?, de los bandazos que dan los políticos de turno sobre Educación, o del debate eterno «religión sí, religión no», o a vueltas con lo de si los niños y niñas mejor o peor si están juntos o separados …
Lo primero que hace falta es que nuestros dirigentes se aclaren sobre cuál debe ser el modelo educativo de aquí a los próximos 10 o 15 años y adaptar a la escuela al siglo XXI. Para ello, es necesario dotar económicamente la Educación, que no sufra más recortes. Faltan muchísimos profesores, escasean ayudas a las AMPAS, flaquean los programas de apoyo extraescolares, falta también que nos paguen lo que trabajamos las empresas que realizamos dichas actividades extraescolares. Y, por supuesto, hay que rescatar al profesorado. Reconocer la labor que desempeña, atender sus quejas, respaldar su autoridad, reciclarlo ante los nuevos retos, permitirle trabajar de otro modo como muchos demandan, permitir y potenciar la implicación de las familias.
La educación no es sólo una cuestión de Estado, es una cuestión de todos, de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de este país. La responsabilidad de educar no recae solamente en los maestros, profesores, educadores y monitores. Las familias, cada persona debe implicarse. Como dice ese proverbio africano, «para educar a un niño, hace falta una tribu entera«.
P.D.: ¿Realmente no saben los niños y niñas de hoy programar un aire acondicionado? Yo juraría que serían capaz de entrar en google para solucionar el problema o descargarse un app sobre ello. No será que no entendían el enunciado de la pregunta del examen …
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