
La educación ambiental debe impartirse en los centros educativos y promocionarse en el conjunto de la población para promover la mejora de la calidad ambiental.
La educación ambiental, considerada como principio didáctico, se proyecta al conjunto de las relaciones de enseñanza–aprendizaje, tanto en la educación formal como en la no formal. Las características de la metodología (véase apartado 2.4) quedan determinadas, en el ámbito educativo, por las bases que fundamentan el currículo educativo. No obstante, y con carácter general, se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Todos los elementos conceptuales que están implicados (recurso natural, residuo, separación selectiva, jerarquía de tratamiento, reciclaje, consumo responsable, etc.) deben estar claros para comprender todo el proceso de la gestión de los residuos, desde su origen y procesos hasta su problemática y soluciones.
- Conocer las ideas previas del alumnado y, partiendo de ellas, introducir la nueva información, dando una visión general de la gestión de los residuos.
- Crear situaciones de aprendizaje motivadoras, promoviendo la participación, el debate y la búsqueda de soluciones.