Los visitantes que acuden a la Catedral de Sevilla y entran por la
Puerta del Lagarto (situada junto a la Giralda y reservada para grupos), se sorprenden al hallar un
enorme cocodrilo colgando del techo en uno de los accesos al templo desde el Patio de los Naranjos. Es el “lagarto” que da nombre a esta puerta. Como casi todos los elementos de esta ciudad, este cocodrilo y los elementos que lo rodean (un colmillo de elefante, una brida y un bastón)
esconden una curiosa historia. ¿La conoces?
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